¿Para qué sirven los sérums?

Los sérums son los mejores aliados de belleza. Combínalos con tus cremas de día y de noche, para aumentar su eficacia y conseguir resultados de belleza inmediatos y duraderos.

Los beneficios del sérum
El sérum, al tener una mayor concentración de activos, es un potenciador de energía para la piel. Su textura fundente, fina y ligera penetra rápidamente en la epidermis. El papel del sérum es el de preparar a la piel antes de la aplicación de tus productos de belleza diarios, reforzar la acción de los mismos, y actuar específicamente sobre el la luminosidad, la firmeza o la suavidad de la piel, convirtiéndose así en el complemento perfecto de tus cremas. El sérum para el rostro se aplica a diario y ayuda a que tu rostro rejuvenezca, aunque también puede emplearse como una cura para tratar un desequilibrio puntual.

Los diferentes tipos de sérum
Los primeros sérums fueron diseñados para las pieles maduras, de ahí que los sérums antiarrugas y los sérums antimanchas sean los más conocidos. Sin embargo, a día de hoy existen numerosas variantes que se adaptan a todo tipo de pieles, incluso a las más jóvenes. La aplicación de un sérum antiarrugas favorece la hidratación de esta zona que es especialmente frágil. El resto del rostro puede tratarse con un sérum hidratante, como el Bi-Sérum “Anti-soif” de Clarins.

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