Serbal común

Serbal común

Pyrus sorbus

Francia

En la antigüedad el serbal era considerado como un árbol sagrado al que se le atribuía la virtud de ahuyentar los malos espíritus y de traer suerte a los enamorados. Esta magia popular se explica tal vez por la perfecta armonía de su majestuosa copa. Su fruto, en forma de pera con un gusto áspero y desabrido, es sobre todo utilizado en decocción por sus propiedades fortalecedoras y venotónicas. Su madera muy densa, es muy apreciada por carpinteros y ebanistas. Pero la parte más codiciada son sus yemas, muy apreciadas en medicina (yemoterapia), y también por los Laboratorios Clarins que han descubierto en esos tejidos embrionarios principios activos con un elevado potencial: mejoran la calidad del sistema circulatorio, estimulan la microcirculación y garantizan una protección duradera de los capilares sanguíneos.
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